En la perfecta edad. - Sevilla 1982
Cuando me dejas solo, me distancio y me pierdo
por ese caminito que lleva a los recuerdos.
Y me noto cansado, más coroza, más viejo.
Y me encierro conmigo para hacer testamento.
Cuando llamas y escucho, a través del teléfono,
tu voz, se me despierta el galgo del deseo.
Y me vuelven las ganas de meterme, hasta el cuello,
en la vida y vivirla, mientras aguante el cuerpo.
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